domingo, 7 de abril de 2019

LOS PEQUEÑOS SALTOS DE NINTENDO

Un edificio
SEDE DE NINTENDO EN 1889
Aunque la compañía estaba gozando de un buen estatus económico, surgió un problema nuevo, pues Yamauchi carecía de hijos varones, por lo  tanto no habría una sucesión que pudiera continuar con el negocio.

Ante esta situación , Yamauchi decidió optar por concertar el matrimonio de su hija Tei con Sekiryo  Kaneda, un trabajador de confianza y que después fue nombrado como Director General de Nintendo en 1929.

Irónicamente este matrimonio tampoco dio un heredero varón, volviendo a la problemática inicial, La solución no fue diferente y decidieron casar a su hija Kimi con Shikanojo Inaba, artista que colaboraba en la confección de las cartas.

Ellos sí tuvieron un hijo varón, Hiroshi. La cadena sucesoria planeada por Sekiryo Kaneda con Inaba primero y su hijo Hiroshi después, parecía por lo tanto asegurar el devenir de la empresa. Sin embargo no fue así ya que Inaba decidió no solo abandonar la compañía, sino también a su familia, desapareciendo posteriormente.

Con Kaneda al mando ya que la juventud de Hiroshi hacía inviable cualquier sucesión, Japón entró en el periodo de la Segunda Guerra Mundial. Este contexto, y más con la derrota posterior japonesa, fue especialmente negativo para la compañía ya que la sociedad nipona dio la espalda a este tipo de actividades lúdicas priorizando otras necesidades


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HIROSHI YAMAUCHI, EL QUE DARÍA EL
POWER UP A NINTENDO.
Aun así, la empresa logró salir adelante, en parte ayudada por la inyección económica que supuso la boda del joven Hiroshi con Michiko Inaba, que provenía de una familia adinerada.​ En 1947, la compañía implantó el trabajo en cadena , además de reorganizar su producción para hacerla más efectiva en lo que seguían siendo sus dos principales líneas de negocio las cartas japonesas y las occidentales. Sin embargo, en plena labor de re activación del negocio, Kaneda enfermó, forzando su sucesión.

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